¿Qué es la Terapia Intensiva? También llamada Medicina Crítica, o Medicina Intensiva
Las Unidades de Terapia Intensiva (UTIs), o áreas de Cuidados Críticos (CC), son lugares dentro de un hospital, o clínica, o sanatorio, en los que se tratan pacientes con enfermedades que amenazan la vida. Estos pacientes gravemente enfermos necesitan no sólo tratamientos adecuados, sino monitoreo (“vigilancia”) continuo y soporte constante, por medio de equipos y medicamentos (los médicos frecuentemente usan la palabra “drogas”, que es lo mismo)que mantenganlas funciones del organismo.
En las UTIs trabajan una gran cantidad de médicos, enfermeras y otros profesionales de la salud, muy entrenados en cuidar a estos pacientes, que son los más graves entre los internados en ese hospital.
Cuando un paciente ingresa a la sala de Terapia Intensiva se genera un tiempo de gran preocupación y estrés para él/ella, sus familiares y sus amigos. Es importante saber qué es lo que se puede encontrar y esperar en esa situación.
¿Qué es un/una médico/a intensivista?
En la Argentina, los médicos/as especialistas en Terapia Intensiva, o intensivistas, son los que se han formado y entrenado para dirigir el cuidado y el tratamiento de los pacientes más gravemente enfermos, o que han sufrido grandes traumatismos o accidentes, sean adultos o niños. Los médicos intensivistas se encuentran a cargo, mayoritariamente, de las UTIs, y su objetivo es asegurar el cuidado de máxima calidad en los pacientes que presentan enfermedades que amenazan sus vidas.
Cuando un paciente ingrese a una UTI, será manejado por un EQUIPO experto en Terapia Intensiva, conformado esencialmente por los médicos/as intensivistas y los enfermeros/as; juntos, son quienes poseen la visión más completa y actualizada del paciente. En una sección más adelante, detallaremos los otros posibles integrantes de este complejo equipo de salud (ver. II El Equipo de Salud de la UTI).
Si lo considerasen necesario, los médicos intensivistas a cargo de un paciente podrán consultar al profesional o al equipo que originalmente derivó al paciente a la UTI, o a otros especialistas, que en opinión de médico/a intensivista podrían aportar para el tratamiento y recuperación del paciente.
¿Cuáles son las enfermedades que más frecuentemente llevan al ingreso a la Unidad de Terapia Intensiva? (UTI)?
Los ejemplos más frecuentes de enfermedades críticas que llevan a ser admitidos a una UTI son: los accidentes cerebrovasculares, las complicaciones de la cirugía, la neumonía, los ataques cardíacos, los traumatismos importantes como los que ocurren por accidentes de tránsito, las caídas desde alturas, las quemaduras extensas, las heridas por armas de fuego, los accidentes industriales, los episodios de violencia, envenenamientos, y otros. Los pacientes a los que se les practican grandes cirugías también pueden ingresar a las Unidades de Terapia Intensiva (UTI) para monitorear (que significa “vigilar constantemente”) la aparición de complicaciones, detectándolas y tratándolas lo más precozmente posible.
Los pacientes con enfermedades críticas suelen presentar la falla, o mal funcionamiento, de uno o más de sus órganos o sistemas orgánicos, como corazón, pulmones o riñones.
Es IMPORTANTE mencionar que las fallas orgánicas pueden llevar a los pacientes a la UTI; pero también pueden aparecer con el paciente ya internado en la UTI por otra enfermedad. En estos casos, la condición clínica del paciente puede agravarse, o la internación prolongarse.
Las fallas orgánicas suelen expresarse con los siguientes términos, y un mismo paciente puede presentar más de una a la vez:
El SHOCK puede ocurrir cuando los órganos del cuerpo no reciben sangre, y por lo tanto, el oxigeno que ella transporta, con la presión suficiente como para funcionar normalmente. Hay varios tipos de shock; los más frecuentes son:
Shock hipovolémico: causado por una hemorragia muy importante, o una deshidratación muy grave.
Shock cardiogénico: cuando falla el corazón como bomba impulsora de la sangre.
Shock séptico: cuando una infección es muy grave, y causa fallos de distintos órganos.Cualquier tipo de shock, si no responde al tratamiento, puede causar el fallo de los órganos del cuerpo.
La INSUFICIENCIA RESPIRATORIA se presenta cuando los pulmones no cumplen con su función, que es hacer ingresar el oxigeno al organismo, y eliminar el anhídrido carbónico. La falla respiratoria puede ser de leve a grave.
Las causas más frecuentes de insuficiencia respiratoria que ingresan en la UTI son la neumonía, el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (“EPOC”; muchas veces estadío final del compromiso de los pulmones en los fumadores, o en los asmáticos), la falla cardiaca, y otras.
La causa más grave de insuficiencia respiratoria, que suele desarrollarse en pocas horas, es conocida como Injuria Pulmonar Aguda, y en los casos más graves, como síndrome de distrés respiratorio agudo (o por su sigla en inglés, “ARDS, acute respiratory distress syndrome”). El distrés respiratorio puede aparecer por distintas enfermedades: una neumonía grave, o la aspiración, o pasaje del contenido del estómago a los pulmones; o por un traumatismo (golpe) a los propios pulmones, o por traumatismos importantes en todo el organismo, como ocurre luego de accidentes graves (se denomina “politraumatismo”); o luego de enfermedades muy graves, como ocurre en algunos casos de pancreatitis, o por otras causas.En estos casos se requiere habitualmente la utilización de un respirador (o ventilador mecánico, que es lo mismo), para suplantar la función que los pulmones no pueden llevar a cabo.
Las INFECCIONES son causas habituales de ingreso a la UTI, pero también pueden aparecer durante la misma internación en la UTI. La enfermedad que llevó a un paciente a la UTI puede debilitarlo, y disminuir la capacidad de defensa del organismo contra las infecciones. Los dispositivos que se utilizan en los pacientes internados en la UTI, como tubos endotraqueales, y distintos tipos de catéteres y sondas (que describiremos en las próximas secciones), son esenciales para mantener las funciones vitales, pero pueden, secundariamente, favorecer la aparición de infecciones. Y, finalmente, las UTIs son ambientes en los que los gérmenes resistentes suelen proliferar, debido a la gravedad de los pacientes y a la frecuente necesidad de utilización de antibióticos.
Por todas estas razones (propias del paciente, de los dispositivos que se utilizan, y del medio ambiente), las infecciones son muy frecuentes en los pacientes críticos.
LA SEPSIS, SEPSIS SEVERA, SINDROME DE DISFUNCIÓN ORGANICA MÚLTIPLE, Y EL SHOCK SEPTICO. Cuando un paciente presenta una infección grave que causa un gran estado de inflamación, se denomina sepsis o síndrome séptico. En esta situación, los pacientes suelen presentar fiebre, respirar rápido, y presentar otros signos que su médico le comentará. Si la sepsis se hace tan importante que causa que por lo menos un órgano funcione mal (por ejemplo, los pulmones), se llama sepsis severa. Cuando es necesario agregar medicamentos que mantienen la presión arterial, el cuadro se llama shock séptico.
La sepsis, la sepsis severa, pueden provocar que diferentes órganos comiencen a funcionar mal: por ejemplo, a la falla pulmonar se agrega la del corazón, luego de los riñones, el hígado, la sangre, el intestino, y el cerebro (en este orden, o en cualquier otro). Este cuadro se llama SÍNDROME DE DISFUNCIÓN ORGÁNICA MÚLTIPLE; es muy grave, con pocas posibilidades de sobrevida cuando distintos órganos comienzan a fallar en forma progresiva
La INSUFICIENCIA RENAL La función de los riñones es eliminar agua y toxinas. En los pacientes críticos, estas funciones se frecuentemente afectan, ya que los riñones son muy sensibles a cualquier mecanismo de daño.
Las formas graves de insuficiencia renal pueden requerir de diálisis, que es un procedimiento en el que un paciente es conectado a una máquina que efectúa las funciones del riñón: elimina el agua y las toxinas que no han podido ser excretadas.
La HEMORRAGIA DIGESTIVA. Los pacientes críticos con frecuencia desarrollan úlceras en el estómago o en el duodeno. Las úlceras son como lastimaduras, o pequeñas heridas, por las que pueden aparecer sangrado (hemorragias) importantes, que son visibles en la material fecal (en este caso la sangre ha sido digerida y se la ve negra, lo que se llama “melena”, o saliendo por la sonda nasogástrica (en este caso suele verse roja intensa).
Los pacientes internados en la UTI reciben medicamentos para prevenir las úlceras; pero, aun así, igualmente a veces aparecen, y pueden requerir transfusiones, otras intervenciones, y hasta una cirugía.
La TROMBOSIS VENOSA PROFUNDA. Los pacientes críticos presentan riesgo de desarrollar coágulos en las venas, en general de las piernas, y en el pulmón.
Si bien la mayoría de los pacientes internados en la UTI reciben medicamentos, o se les colocan aparatos especiales, como botas que comprimen y descomprimen las piernas, para evitar que se formen estos coágulos, aún así pueden formarse, y requerir distintos tipos de tratamientos.
Las ENFERMEDADES DEL SISTEMA NERVIOSO. Una gran variedad de enfermedades del cerebro generan la internación en la UTI: traumatismos de cráneo, ataques cerebrales, hemorragias (dentro del cerebro), infecciones (por ejemplo la meningitis).
El sistema nervioso también puede afectarse en los pacientes internados en la UTI por otras enfermedades. Así, pueden parecer somnolientos, estuporosos, asustados, excitados, agresivos, con alucinaciones (“viendo cosas que no existen”), o directamente con los ojos cerrados, sin responder a nuestras palabras, ni a ningún otro estímulo. Los pacientes ancianos tiene mucha tendencia a presentar estas alteraciones, agravadas por un medio ambiente extraño para ellos, ruidoso, con luz permanente que hace desaparecer el ciclo día-noche y provoca alteración del sueño. En general, suelen mejorar con la mejoría de la enfermedad, o cuando se van de alta de la UTI.
Sin embargo, hay ocasiones en que es necesario suministrar medicamentos para calmarlos, y pueden llegar hasta a estar contenidos (“atados”) para que no se lastimen a sí mismos, o no se arrojen de la cama, o no se saquen algunos de los muchos tubos que los conectan a maquinas o por los que se le suministran fluidos (“sueros”) o medicamentos.
En otras ocasiones, los pacientes pueden ingresar a la UTI de forma planificada: por ejemplo, luego de algunas CIRUGÍAS (OPERACIONES). Esto dependerá del tipo de cirugía: por ejemplo, si es muy extensa, compleja, o de gran duración, en la mayoría de los casos resulta apropiado que el período de recuperación (“post-operatorio”) transcurra en un ámbito donde se puede tratar intensamente el dolor, u otras complicaciones que pudieran aparecer. Son las cirugías “programadas”. Pero otra gran parte de los pacientes operados que requieren ingreso a la UTI no ha sido por cirugías planificadas, sino que se han efectuado “de emergencia”, debido a deterioro importante y rápido de las condiciones de un paciente.
Otras veces, más que del tipo de cirugía, el ingreso a UTI dependerá de las condiciones previas del paciente: por ejemplo, si presenta otra enfermedad, aparte de la que lo llevó a la cirugía. En estos casos, estas enfermedades “preexistentes” podrían manifestarse, o provocar complicaciones, por ejemplo, enfermedades del corazón, o de los pulmones, u otras. El complejo nivel de monitoreo (“vigilancia”) de las UTIs ayudan a prevenir o a tratar precozmente algunas de estas complicaciones.
Finalmente, es importante remarcar que no todos los pacientes se beneficiarán con el ingreso a la UTI. Hay pacientes con enfermedades, llamadas “terminales”, en los que no hay cura posible. En estos casos, lo mejor es ofrecer una opción de internación fuera de la UTI, en la que se brinde máximo confort, tratando el dolor o la falta de aire, con posibilidad de acompañamiento permanente de sus seres queridos.
Si Ud. tiene dudas, no deje de solicitarle al médico/a intensivista que le suministre más información.
Qué es lo que Ud. podrá observar cuando visita una Unidad de Terapia Intensiva (UTI)
¿Por qué mi ser querido tiene ese aspecto?
Puede ser que Ud. se asuste o angustie al ver a su ser querido internado en Terapia Intensiva.
Muchas veces parecen dormidos, inconscientes. Otras veces están ansiosos o excitados.
A veces Ud. verá que su ser querido/a tiene MORETONES (el término médico es “EQUIMOSIS”). En general, los pacientes internados en Terapia Intensiva tienen tendencia a presentarlos en los sitios por donde se les extrae sangre para efectuar pruebas de laboratorio, por más que la extracción se haya hecho correctamente. También pueden aparecer moretones en la cara y en la cabeza luego de una cirugía; o en los sitios donde los pacientes traumatizados han sufrido golpes. También frecuentemente presentan moretones los pacientes ancianos, los desnutridos, y los que poseen enfermedades que por sí mismas aumentan la tendencia al sangrado; por ejemplo, las enfermedades del hígado, de la sangre, u otras.
Otra cosa que afecta mucho la apariencia de los pacientes internados en Terapia Intensiva es la HINCHAZÓN (“EDEMA” es la palabra que usamos los médicos para denominarla).
La hinchazón o edema puede aparecer porque el paciente no puede eliminar bien los líquidos que recibe; o como resultado de un traumatismo o golpe; o por algunas enfermedades del corazón, del hígado o de los riñones; también en una enfermedad de las mujeres embarazadas, o que ya han tenido a su bebé, llamada preeclampsia, o incluso en los pacientes desnutridos, o simplemente por estar en la cama mucho tiempo.
El líquido de edema se acumula en todos los tejidos del organismo, y hasta puede salir a través de la piel por pequeñas heridas o lastimaduras que se producen solas, o cuando se saca la tela adhesiva. Hasta los ojos pueden hincharse, y puede verse la parte interna de los párpados (la conjuntiva) de un color rojo brillante.
La hinchazón de los pacientes provoca mucha angustia en los familiares, sobre todo cuando se manifiesta en la cara; pero es importante saber que el edema disminuye cuando el paciente empieza a mejorar.
Ocasionalmente, verá que su ser querido, u otro paciente, podrá estar con las MANOS ATADAS . Siempre se trata de que este tipo de inmovilización sea el último recurso; pero cuando existe la posibilidad, o intentos claros, de que un paciente quiera sacarse alguno de los tubos que lo conectan a máquinas que le brindan soporte vital (como los respiradores), o quiera sacarse otros dispositivos, como los tubitos huecos de plástico ( “catéteres”, nos referiremos a ellos en la próxima sección) a través de los que recibe fluidos (“sueros”) o medicación, u otros a través de los que orina (sonda vesical), no quedará otro remedio que impedir, transitoriamente, que el paciente “se saque” estos dispositivos. No sólo porque los pacientes dejan de recibir un tratamiento que, a veces, los mantiene con vida, sino porque además, las extracciones violentas pueden causarles daños muy importantes.
A algunos pacientes que han sufrido fracturas se les pueden colocar un peso para alinear los huesos. Otra cosa que le puede llamar la atención es que algunos tienen “bolsitas” pegadas a la pared del abdomen, por la que se recoge el líquido que viene de distintas partes del tubo digestivo.
¿Para qué le han colocado esos tubos?
En las UTIs se efectúan tratamientos que no se pueden realizar en las salas comunes de internación. Ud., podrá ver
muchos tubitos huecos, algunos llamados catéteres o sondas, que se colocan sobre, o “salen de” varias partes de su
cuerpo de su ser querido. Todos cumplen alguna función. Mire el dibujo. Su ser querido puede tener todos, o algunos:
El/la paciente puede despertarse y no tener idea de dónde está, o qué le ha pasado.
Puede tener dolor, o ansiedad, o angustia, o parecer excitado, moviéndose continuamente, luchando con el respirador, o intentando arrancarse el tubo endotraqueal, o los catéteres, y las sondas, intentar incorporarse o hasta tirarse de la cama.
A veces una conversación clara y tranquilizadora con el paciente es suficiente para calmar estos síntomas. Pero generalmente resulta necesario administrar medicamentos sedantes o analgésicos, que lo calman, pero que también le provocan sueño, y posiblemente pérdida de la memoria.
Estos medicamentos también pueden interferir con la capacidad del paciente de pensar claramente. Hasta pueden producir cambios en la percepción. El/ella pueden tener alucinaciones (“ver cosas que no están”). Pueden tener cambios en la personalidad: aparecer enojados, hostiles hacia Ud., incluso hasta agresivos.
Este comportamiento anormal puede deberse a la medicación, a otros tratamientos, o a la enfermedad que lo llevó a la internación en Terapia Intensiva. Los pacientes ancianos son muy proclives a desarrollar estas complicaciones.
No se asuste; en la mayoría de los casos, estas reacciones disminuyen o desaparecen cuando el paciente mejora. Hay pacientes que recuerdan toda su estadía en la UTI, pero esto es excepcional. La mayoría tiene una memoria parcial, como “fragmentada” de lo ocurrido. La mitad de los pacientes no recuerda nada.
Generalmente, los primeros recuerdos son de los días posteriores a la extubación (retiro del tubo endotraqueal, que hemos descripto en la sección anterior). A menudo, los pacientes cuentan experiencias irreales, alucinatorias; o sólo recuerdan a algunos médicos, o enfermeras, o algunos procedimientos en particular.
Aun no se conocen totalmente las causas de estos problemas, pero es posible que se deba al tipo de enfermedad que llevó al paciente a la UTI, a su gravedad, a los medicamentos que se encuentra recibiendo, y a la perdida de referencias externas, (por ejemplo, en las UTIs el día y la noche no se diferencian).
Su ser querido puede no hablarle por varios motivos.
En primer lugar, si tiene colocado un tubo endotraqueal, o una cánula de traqueostomía para ayudarlo a respirar, que, a través de la boca, le llega a la tráquea, ese dispositivo también está pasando a través las cuerdas vocales, limitando de esta forma su función.
También puede estar recibiendo medicamentos (los médicos frecuentemente usan la palabra “drogas”, que es lo mismo) para disminuir la ansiedad y la excitación. Este proceso se llama sedación, y ayuda a los pacientes a adaptarse al respirador y a dormir. Otro efecto que provocan es la pérdida de la memoria de su estadía en la UTI (amnesia que puede ser total, o parcial).
También se utilizan medicamentos para que los pacientes no tengan dolor (analgesia). Estos medicamentos (sedantes y analgésicos) pueden hacer que al paciente le cueste despertarse, e incluso que no se despierte, sobre todo cuando está conectado a un respirador.
También puede ocurrir que un paciente no hable porque haya tenido una lesión cerebral importante (un traumatismo o golpe importante, o un ataque cerebral). En estos casos, los médicos le dirán cuales podrían ser las posibilidades de recuperación, pero tenga en cuenta que la medicina no es una ciencia exacta y que cada paciente puede evolucionar de forma distinta.
En ciertas situaciones, las alteraciones en los líquidos corporales, en algunos elementos químicos (que llamamos “electrólitos”), o la aparición de toxinas que circulan por la sangre, pueden provocar que un/una paciente esté somnoliento, o no recuerde quién es o dónde está. O que esté agresivo, o dormido, o incluso que no pueda despertarse (en coma). Para tratar estos problemas se utilizan procedimientos complejos, como la diálisis, líquidos, algunos elementos químicos, y otros tratamientos.
Los pacientes necesitan sedación para poder adaptarse al respirador, y también para tratar la ansiedad y la excitación. Siempre se trata de utilizar la menor cantidad posible de estos medicamentos. En la mayoría de los casos los pacientes se encontrarán parcialmente despiertos. Aun cuando un/una paciente no hable, o se encuentre profundamente dormido, es bueno seguir hablándole. Usted puede ayudar haciéndolo en tonos suaves, contando historias, y dándole información normal, para mantener el cerebro activo, y a la vez, calmado. La voz de alguien que ellos conocen es útil en la mayoría de los casos y crea sentimientos de seguridad.
Si Ud. nota que sus palabras producen inquietud, o excitación, u otra reacción, no dude en llamar a la enfermera o al médico.
Algunos familiares llevan un diario de lo que le sucede al/la paciente durante su internación en la UTI. Esto será de gran utilidad, sobre todo cuando la internación ha durado muchos días, para que, luego del alta, el/a paciente pueda llenar los “blancos” en su memoria.
Ud. debe hablarle como le habla siempre. Pero recuerde que él/ella a veces no podrá contestarle, por distintas causas que ya hemos mencionado: que tenga un tubo en la boca (tubo endotraqueal) que lo ayuda a respirar, o porque ha recibido medicamentos sedantes, o porque la enfermedad le ha provocado una alteración de la conciencia.
Ud. debe hablarle aunque estén desorientados, o incluso en estado de coma. Siempre utilice una voz suave y palabras reconfortantes, expresando su cariño y apoyo. Si el/ella está despierto/a, pregúntele cosas que pueda responder con un movimiento de cabeza para decir “si” o “no”. Si el paciente puede movilizarse, ayúdelo a escribir respuestas breves en un papel.
También hay tablas con letra grandes, que el paciente puede ir señalando de a una para hacerse entender.
Pero no siempre pueden escribir o señalar. Así, a veces, los intentos de comunicación pueden ser frustrantes, tanto para el paciente como para el familiar, sobre todo si el paciente está recibiendo ventilación mecánica. No se desanime. Tenga paciencia. Todos los pacientes tienen “días malos y días buenos”, ya que sus estados clínicos pueden cambiar frecuentemente.
Otras veces, demasiada estimulación puede afectarlos. El personal de enfermería lo instruirá sobre cómo puede mostrar su cariño y ayudar de otras formas.
Los pacientes críticos se encuentran física y emocionalmente dependientes del personal de la UTI. Darles aliento, soporte emocional, seguridad, e información los ayudará a transitar la difícil experiencia de la internación en UTI
Cuando los pacientes comienzan a mejorar, Ud. podrá leerles un libro, o una revista, si el paciente lo desea y los médicos tratantes lo autorizan.
Casi siempre es posible tocar a su ser querido, pero es necesario preguntarle a la enfermera a cargo de su cuidado si esto puede interferir de alguna forma.
No se asuste si su ser querido reacciona de forma inesperada. A medida que vaya mejorando, esto se irá corrigiendo. El/Ella puede actuar así por miedo, frustración, o por cambios químicos provocados en su cerebro por la enfermedad, o por medicamentos
Los médicos/as intensivistas solicitarán hablar con los familiares de un paciente luego que ha ingresado a la UTI: le preguntarán sobre la enfermedad actual, si tiene además otras enfermedades, y si recibe algún tratamiento; y les informará el estado del paciente al ingreso. También les preguntará cómo contactarlos, para informarles por un cambio en el estado del paciente, o sobre algún tratamiento, en caso de ser necesario.
No tenga miedo o vergüenza de preguntar para aclarar sus dudas.
Entienda también que a veces los médicos/as pueden no estar disponibles inmediatamente.
En general, las primeras horas en la UTI los signos vitales de los pacientes pasan por un periodo de gran inestabilidad y pueden cambiar minuto a minuto, Cuando llega el momento de los informes médicos, o de la visita, los familiares y amigos de los pacientes deben aprovechar para “sacarse las dudas” sobre la enfermedad del paciente, su posible evolución, o las complicaciones que puede presentar.
También es la ocasión para preguntar sobre las normas de la UTI (horarios, visitas, cómo pueden ayudar); Y se les preguntará sobre personas de contacto y teléfonos.
Sin embargo, hay familiares que se encuentran tan desvastados y angustiados que a veces no alcanzan a comprender la gravedad de la situación, y una vez finalizada la visita/informe se dan cuenta que les quedaron preguntas o comentarios sin hacer.
Aquí les proveeremos una lista de preguntas. Es sólo una guía. Ud. puede llevarlas escritas para hacerlas en el momento de la visita.
A veces es bueno llevar a los pacientes elementos de higiene personal y objetos familiares, que suelen ser reconfortantes: fotografías, cartas. Para los chicos, algún juguete o almohada o manta preferidos
Pero antes de llevar cualquier elemento, debe consultar al personal de enfermería, que es quien permanece más tiempo a lado de su ser querido, y por otro lado, conoce las normas de la UTI. Algunos familiares llevan un diario de la internación de su ser querido y les resulta útil, ya que los obliga a sentirse calmados y concentrados en las cosas esenciales.
Pero los diarios también juegan un papel importante en la recuperación de los pacientes. Ya se ha mencionado que frecuentemente los pacientes no recuerdan nada, o muy poco, de su estadía en la UTI. Leer un diario escrito por su familiares lo ayudará a llenar ese “espacio en blanco”, ese “agujero”, ese “tiempo perdido” en su vida, y a comprender y aceptar la experiencia vivida.
Cada UTI tiene una normativa particular con respecto a las visitas, que Ud. debe conocer y respetar.
Recuerde que no sólo su ser querido, sino que también Ud. y su familia necesitan descanso, tranquilidad y una buena alimentación, para poder entender la información que le darán los médicos y enfermeras, y atravesar la situación de estrés en las mejores condiciones posibles.
Quedarse despierto y levantado en la sala de espera de la UTI todas los noches no ayuda a su ser querido; él o ella tienen un equipo entero que lo está cuidando. El estrés y cansancio excesivos pueden provocar tendencia a las enfermedades. No afronte la situación solo/a. Trate de compartir la situación con otros miembros de su familia, o con amigos.
Tenga presente que las enfermeras/os son quienes están más tiempo en contacto con los pacientes.
Ellas/os le aportarán datos muy importantes sobre el confort de su ser querido.
Estas son algunas preguntas que pueden hacerles a las enfermera/os.
Los familiares deben preguntar lo que deseen saber a los médicos/as, y también pueden preguntar cuáles son las posibilidades de recuperación de un paciente.
Reiteramos que los médicos/as intentarán ser lo más honestos y precisos posibles, pero es difícil predecir la evolución de un paciente en particular.
Estas son preguntas muy frecuentes:
En general, los familiares reciben informes, 1 a 2 veces por día, durante todos los días. Un médico a cargo, en ocasiones los médicos coordinadores, o los jefes, le harán un resumen de cómo está su ser querido y qué tratamientos está recibiendo.
A veces, cuando un paciente está muy inestable (su estado cambia muy rápidamente, lo que suele ocurrir en las primeras horas del ingreso a Terapia Intensiva), los informes pueden llegar a ser más frecuentes.
No todos los pacientes están igualmente graves. Si observa que algún grupo familiar recibe información con mayor frecuencia que Ud., es porque es estrictamente necesario.
Trate de ir siempre acompañado por 1 o 2 familiares o amigos. Es probable que entre varios entiendan mejor; y se sentirá apoyado si las cosas no van bien.
Cuando el informe es dado por médicos distintos, puede ocurrir que la información se vuelva confusa. Eso no significa que haya dudas o diferencias entre cómo se trata a su ser querido; simplemente, que a veces los médicos tiene distintas formas de comunicar las mismas cosas. En ese caso, Ud. puede solicitar una reunión con los médicos coordinadores, o con los jefes del servicio, para preguntar por las dudas que le queden
La duración de las visitas, y el número de familiares que pueden ingresar, varían entre las distintas UTIs. Pero hay algunas cuestiones que sirven en todos los casos. Sea considerado con los otros pacientes: limite el número de visitantes y el ruido, y respete su privacidad.
En el caso de niños que deseen ver a uno de sus padres internados, coméntele la situación al médico a cargo, y él/ella lo aconsejará. Cada UTI tiene una norma sobre esto.
Ud. debe lavarse las manos cuando ingrese para la visita, y también cuando se vaya. En la UTI le proveerán los elementos necesarios.
Si Ud. se siente enfermo/a, no concurra a la visita.
A veces, sobre todo cuando las familias o los grupos de amigos son muy numerosos, la preocupación, la ansiedad, y la necesidad de información que todos manifiestan sirve de ayuda y consuelo. Otras veces, puede resultar agobiante para los familiares o amigos más directos.
Permítales ayudarle con trabajo, o llevando a sus hijos al colegio, o ayudándolos con sus tareas, si se ofrecen para hacerlo. Esto le traerá a Ud. cierta tranquilidad y le ayudará a concentrarse en su ser querido que está internado en la UTI; y las otras personas sentirán que están haciendo algo por Ud. y por el paciente.
Ud., como familiar o allegado más directo, decidirá con quien quiere compartir la información sobre la enfermedad de su ser querido. A veces, resulta útil informar a 1 ó 2 miembros de la familia o amigos para que comuniquen al resto cómo está el paciente. Elija personas que sean capaces de entender el estado del paciente, para evitar los errores de interpretación.
Ud. observará hay un grupo humano muy numeroso que cuida a su ser querido. Cada uno cumple con una tarea específica.
El equipo de cuidados críticos se encuentra conformado básicamente por médicos/as especializados en Terapia Intensiva, y enfermeros/as con gran experiencia en cuidados críticos. Dependiendo de la complejidad y tamaño de los hospitales o clínicas en la que se encuentra la UTI, pueden sumarse otros integrantes a este equipo.
Haremos una descripción breve de las características de las tareas de cada integrante de equipo de cuidados críticos:
MÉDICOS/AS.Es importante que Ud. sepa que estos médicos, en general, han completado una extensa formación para estar a cargo de los pacientes más graves de todo el hospital/sanatorio.
Desde la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) trabajamos intensamente con las autoridades sanitarias nacionales, y con algunas autoridades sanitarias locales, para la formación y actualización continua de todos los médicos que practican la especialidad médica Terapia Intensiva.
Entre los médicos que integran el equipo, llamados “intensivistas”, Ud. observará que se encuentra uno o dos jefes, y médicos coordinadores, médicos de guardia, y podrá haber médicos residentes.
Los jefes y coordinadores concurren todos los días a la UTI y le dan continuidad al cuidado de los pacientes.
Los médicos de guardia permanecen en la UTI durante 24 o 12 horas, y efectúan el cuidado y tratamiento permanente de los pacientes durante ese tiempo.
En algunas instituciones que funcionan como Hospitales Universitarios, Hospitales afiliados a Universidades, o Hospitales-Escuela, hay un grupo de médicos, llamados residentes, que efectúan su formación en la especialidad Terapia Intensiva.
Los médicos residentes ingresan luego de rendir difíciles exámenes, y su capacitación es generalmente supervisada por las autoridades sanitarias (Ministerios de Salud); las Sociedades Científicas nacionales (en nuestro caso, la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, SATI), las Universidades y los Colegios de Médicos, conjuntamente con las Jefaturas de cada UTI y sus médicos de planta.
Los médicos residentes son quienes permanecen más horas en la UTI.
ENFERMEROS/AS: Proporcionan cuidados y vigilancia a la cabecera de los pacientes críticos durante las 24 horas. Tienen gran experiencia, alta especialización, y en general han trabajado en otros lugares del hospital/sanatorio antes de trabajar en la UTI. Se organizan por “turnos” de 6 u 8 horas, y cada uno de estos turnos tiene un “enfermero jefe”, o “coordinador” o “supervisor” (el nombre cambia según las instituciones). También hay un Jefe general.
En la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), integran el Capítulo de Enfermería, que también trabaja intensamente para fomentar la formación y actualización continua de los enfermeros/as que practican la especialidad.
BIOQUIMICOS/AS: Evalúan permanentemente los cambios que las enfermedades críticas producen en la sangre, orina y otros líquidos corporales. De esta forma es posible monitorear (que significa “vigilar constantemente”) varias de las funciones de los distintos órganos del cuerpo.
Los bioquímicos también se encuentra incorporados a la SATI, a través de un Capítulo propio, desde el que organizan múltiples actividades de capacitación para profesionales de todo el país.
TÉCNICOS RADIÓLOGOS: que efectúan las radiografías solicitadas por los médicos intensivistas, de acuerdo a las necesidades de cada paciente.
OTROS MEDICOS, CON DIFERENTES ESPECIALIDADES: Cirujanos, infectólogos, neumonólogos, cardiólogos, especialistas en imágenes, hematólogos, anestesiólogos, psiquiatras, psicólogos, y otros, que pueden ser llamados en consulta para evaluar un paciente, si el equipo de cuidados críticos evalúa que es necesario.
En algunas UTIs, según el tamaño o la complejidad del hospital/sanatorio en que funcionen, Ud. podrá encontrar algunos, (o todos) de los siguientes representantes de otras profesiones, también integrantes del equipo de salud:
KINESIÓLOGOS CON ESPECIALIZACIÖN EN CUIDADOS CRÍTICOS.Presentes en algunas UTIs, en las que monitorean la respiración de los pacientes; y si se encuentran conectados a un respirador, supervisan este proceso junto con los médicos.
También se encuentran organizados dentro de al Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) en un Capítulo, desde el que organizan actividades de formación y actualización.
FISIOTERAPEUTAS:ayudan al paciente a conservar los movimientos, flexibilidad y fuerza muscular para prevenir lesiones, escaras y discapacidades, y acelerar la recuperación.
NUTRICIONISTAS:Evalúan las necesidades de nutrición de los pacientes, junto con los médicos que los tratan.
EQUIPOS DE LIMPIEZA:El control de las infecciones es muy importante en la UTI. Muchas UTIs poseen equipos especializados de limpieza, cuyos integrantes son capaces de valorar la función tan importante que cumplen en el cuidado de los pacientes.
Seguramente, Ud. se va a sentir muy impresionado, e incluso asustado, cuando entre por primera vez a una UTI. Verá que a su ser querido le han colocado muchos tubos, por los que se les pasan líquidos y medicamentos.
Una descripción, con una ilustración, se puede observar en la sección “El Paciente”.
Otro tubos “los conectan” a distintos tipos de “máquinas”.
¿Cuáles son las máquinas que más frecuentemente se utilizan en la UTI, y para qué sirven?
· Los MONITORESson pantallas semejantes a las del televisor, en las que pueden observarse distintos signos vitales del paciente: el ritmo al que late el corazón (un electrocardiograma continuo), la presión arterial, el oxigeno que circula por la sangre. y otros. De esta forma se puede monitorear (que significa, como hemos reiterado en varias oportunidades, algo así como “vigilar permanentemente”) lo que le pasa a cada paciente.
A veces los monitores emiten sonidos diferentes, o alarmas, que “avisan” a médicos o enfermeras sobre cambios en los signos del paciente.Si durante la visita “suena” una alarma, no se asuste. La enfermera se acercará y le comentará el significado de lo que ocurre. Muchas veces, los monitores se encuentran conectados a un monitor central desde el que los pacientes son evaluados permanentemente por médicos y enfermeras .
· Los RESPIRADORES MECÁNICOS, O VENTILADORES MECÁNICOS, que “bombean” hacia el paciente una mezcla de aire enriquecida con oxigeno, a través de un tubo que “entra” al paciente por la boca, y termina en la tráquea (“tubo endotraqueal, u orotraqueal,” es lo mismo). En algunos casos, el aire entra al paciente a través de un tubo más corto que “entra” a través del cuello, y también termina en la tráquea (“traqueostomía”).
Algunos pacientes pueden llegar a usar respiradores, pero no a través de tubos que le entran por la boca o del cuello, sino a través de unas máscaras especiales, que se ajustan muy fuertemente a la cara, y que pueden cubrirles solo la nariz, o la boca y la nariz, o la cara entera, e incluso toda la cabeza (como si fuera una escafandra). Este procedimiento se llama “ventilación mecánica no invasiva”. Al principio los pacientes pueden estar un poco molestos con estas máscaras, pero después suelen acostumbrarse (“adaptarse” es la palabra que usamos los médicos para referirnos al proceso de acostumbramiento, o de tolerancia, del paciente hacia el respirador).
La ventilación no invasiva siempre es preferible a la ventilación a través de un tubo endotraqueal o una traqueostomía (llamada, lógicamente, “ventilación invasiva”). Es porque la ventilación no invasiva produce menos complicaciones, especialmente, menor posibilidad de infección pulmonar (que se llama “neumonía asociada al respirador”).
Lamentablemente, no siempre es posible usar ventilación no invasiva. y en ese caso el paciente requerirá la colocación de un tubo endotraqueal.
La ventilación mecánica es uno de los tratamientos más básicos y frecuentes que se efectúan en la UTIs. Sostiene al paciente mientras se lleva a cabo el tratamiento de la enfermedad que lo llevó a Terapia Intensiva, o de complicaciones que el paciente pudiera desarrollar.
El proceso de “separación” del paciente del respirador se llama “desvinculación”, o más comúnmente, “destete”. (Este nombre nos recuerda lo esencial que es la ventilación mecánica para mantener a un paciente con vida, equivalente a lo que es la nutrición materna para el recién nacido/lactante).
Si los médicos que tratan a su ser querido piensan que va a requerir un respirador o ventilador mecánico durante un tiempo prolongado, o en el caso de otras situaciones que el médico le comunicará, habitualmente se realiza una TRAQUEOSTOMÍA.
La TRAQUEOSTOMÍAes un procedimiento que habitualmente genera ansiedad o angustia en los familiares.
Por eso es importante explicar de qué se trata, y las ventajas que presenta en comparación con el tubo endotraqueal.
La TRAQUEOSTOMÍAes la colocación de un tubo más corto directamente en la tráquea, que es por donde llega el aire a los pulmones, a través de una pequeña incisión (corte) en la piel. Es una cirugía que se efectúa con anestesia local, sin molestias para el paciente. La traqueostomía resulta mucho más cómoda que el tubo endotraqueal. Los pacientes con traqueostomía no pueden hablar, pero generalmente la comunicación con ellos mejora porque la traqueostomía permite disminuir las dosis de medicamentos sedantes. Algunos hasta podrán comer por la boca, cuando mejoran su condición clínica.
· Las BOMBAS DE INFUSIÓN, que son máquinas (en general Ud. verá que cada paciente está conectado a varias) que ayudan a que medicamentos y líquidos (“sueros”) pasen desde sus envases, a través de unos tubos largos, huecos, llamados catéteres, hacia las venas de los pacientes. Estos líquidos pasan “en goteos”, cuya velocidad es regulada por los médicos y enfermeras.
Las venas, que se usan para recibir estos “goteos” son, en general, las de los brazos, o las grandes venas del cuello, o de la ingle.
Ud. verá, en algunos casos, una bomba de infusión conectada a un tubo que entra por la nariz o la boca del paciente, que se llama sonda nasogástrica, y que ayuda a pasar un líquido color té con leche. Se trata de un alimento muy completo, creado especialmente para los pacientes muy graves. A través de a sonda, este líquido se coloca directamente en el estómago o en el intestino del paciente. Este procedimiento se llama “NUTRICIÓN ENTERAL”, y es la forma más frecuente de alimentar a los pacientes en la UTI.
Otras veces, los pacientes ni siquiera son capaces de tolerar la nutrición enteral, y es necesario alimentarlos colocando alimentos líquidos directamente en las venas. También se trata de alimentos muy completos, que poseen la cantidad necesaria de proteínas, hidratos de carbono, grasas, vitaminas y minerales. Este procedimiento se llama “NUTRICIÓN PARENTERAL”.
· Otra máquina que suele utilizarse en la UTI es el “riñón artificial”, o equipo o máquina de HEMODIÁLISIS. (comúnmente, todos lo llaman “diálisis”)
Normalmente los riñones eliminan el líquido y la sal de más, y otros productos de “desecho” del metabolismo, tanto de los alimentos, como de otros procesos que ocurren dentro del cuerpo. La urea es uno de los productos de desecho más conocidos. Cuando los riñones comienzan a fallar, estas substancias se acumulan en la sangre y pueden provocar graves daños; de modo que se hace necesario el uso del riñón artificial. El paciente es conectado al equipo de hemodiálisis a través de catéteres colocados, en general, a sus venas grandes. La sangre circula a través de esta maquina, que es capaz de filtrar muchos de los productos de desecho acumulados.
A veces la misma falla de los riñones es la causa de ingreso de los pacientes a la UTI por. Otras veces, la falla renal aparece dentro de la UTI.
¿Para que se utilizan estas máquinas? ¿Qué significan los números que aparecen en sus pantallas?
El alta de la UTI hacia una sala o habitación debe ser un momento de alegría para el paciente y sus seres queridos, ya que significa que su enfermedad ha mejorado de forma significativa. Sin embargo, a veces, puede crear ansiedad y depresión en el grupo familiar, especialmente cuando la internación en la UTI ha sido prolongada. Pacientes y familiares suelen sentir una sensación de abandono. Esto es natural, ya que pasan a salas o habitaciones en las que los niveles de cuidados médicos y de enfermería son menores.
Recuerde Ud. que, en las habitaciones de internación comunes, o habituales, o “en el piso”, los médicos y enfermeras deben atender a otros pacientes además de a su ser querido, Seguramente habrá “retrasos” a los que Ud. no está acostumbrado; tampoco la enfermería responderá a sus preguntas con el mismo detalle que en la UTI. Es cierto que el cambio en el nivel de cuidados es muy notorio; pero no olvide que un equipo experto en este tipo de pacientes ha evaluado a su ser querido, y ha determinado que es posible su paso a un sector de menor complejidad.
Aun así, se enfrentará con nuevos problemas, que su médico de cabecera y otros profesionales le ayudarán a enfrentar: las enfermedades críticas suelen producir una gran pérdida de peso, debilidad generalizada, cansancio ante mínimos esfuerzos, e incluso rigidez en las articulaciones. Todo esto dificultará los movimientos, pero, lentamente, estos inconvenientes, en general, serán superados.
En otras ocasiones, los pacientes son dados de alta a centros de rehabilitación o de cuidados respiratorios crónicos. En estos casos, son pacientes que han estado internados durante mucho tiempo en la UTI y que han quedado con secuelas graves, y continúan necesitando cuidados.
La ansiedad, la depresión, y alteraciones en el sueño pueden persistir mucho tiempo, incluso cuando el paciente ya haya regresado a su domicilio. Su médico de cabecera determinará cuándo un apoyo psicológico o psiquiátrico podría ser necesario. En algunos pacientes, la enfermedad que lo llevó a la internación a la UTI puede haber provocado secuelas importantes, (por ejemplo, imposibilidad de mover la mitad del cuerpo, lo que se llama “hemiplejía”). La adaptación a la nueva situación generará angustia adicional.
Con todo, en ocasiones los pacientes podrían requerir volver a la UTI, pero esto ocurriría en menos del 5% de las ocasiones.
Lamentablemente, hay pacientes que, más allá de los tratamientos que reciban, se encuentran muy graves como para lograr sobrevivir.
El fallecimiento de un ser querido produce siempre una gran tristeza y angustia, incluso aun cuando se supiera de antemano que este desenlace era inevitable.
En la mayoría de los casos, los médicos/as de la UTI pueden avisar a los familiares cuando un paciente se agrava, y sobre la posibilidad de que fallezca a pesar de los tratamientos instituidos. Pero, a veces, los fallecimientos ocurren súbitamente, y los médicos/as de la UTI pueden no llegar a llamar a tiempo a los familiares.
También es importante aconsejar a los familiares para que contengan a los integrantes más frágiles (a menudo los cónyuges de un/una paciente añoso/a). Permanecer durante horas y días en la puerta de la UTI puede ser muy cansador.
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